Bendiciones, hermanos en Cristo y amigos!
En estos días en que muchas personas están celebrando lo que la religión puesta por doctrinas de hombres llama “semana santa”, es una buena oportunidad para hacernos esta pregunta: ¿Estamos verdaderamente llevando nuestra cruz y siguiendo al Señor Jesucristo? Miren, cuando el Señor Jesús dijo a sus discípulos “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (Mateo 16:24), no se refería literalmente a una cruz de madera que habría que cargar (como El lo hizo cuando se sacrificó por nosotros). No, Jesús se refería a la obediencia a su Palabra…a dejar todas las cosas del mundo para tomar las espirituales y seguirle. Porque alguien que diga ser discípulo del Señor Jesús, pero no siga los pasos del Maestro, en realidad no lo es.
Algunos hermanos en Cristo creen que por ir a congregarse cada Domingo y llamarse a sí mismos cristianos, ya están cumpliendo. No mis hermanos, para ser realmente seguidores y discípulos de Cristo debemos tomar nuestra cruz (sacrificando/dejando todas las cosas que provienen de una mente carnal y actuar cada vez más como corresponde a una vida espiritual) y verdaderamente seguir y obedecer al Señor. Por otro lado, las personas que siguen doctrinas de hombres, piensan que por asistir a un viacrusis ya están honrando al Señor Jesús. No, no y no…mi Señor Jesucristo no desea que seas parte de una representación teatral que sólo promueve aun más la idolatría. Él quiere corazones arrepentidos, convertidos y obedientes a sus mandamientos, no corazones religiosos e idólatras!
La ignorancia sobre la Palabra de Dios ha llevado a las personas a seguir las costumbres y tradiciones impuestas por hombres…las cuales no son mandamientos de Dios. Porque dice su Palabra: Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas mandamientos de hombres (Marcos 7:7). Usted cree mi amigo, que si a Dios le hubiera placido que recordáramos a su hijo colgado de una cruz o siendo participes de un “viacrusis”, ¿no habría dejado esto escrito en alguna parte de la Biblia? ¿No cree usted que los apóstoles o discípulos del primer siglo hubieran practicado esta ‘celebración’ para recordar al Señor Jesús? Dios es perfecto, lo que está escrito en las Sagradas Escrituras es suficiente e infalible. Ahora hay hasta quienes no solo se conforman con asistir a estos viacrusis, hay quienes han llegado al extremo de literalmente crucificarse! ¡Como si esto a Dios le fuera a agradar! ¡Por supuesto que NO! El Señor dice en su Palabra: ¡Obediencia y misericordia quiero, no sacrificio! (Oseas 6:6, Mateo 9:13)
Si realmente quieres ser seguidor de Cristo, deja los sacrificios vanos que en nada aprovechan ni agradan a Dios, y empieza por conocerle más a Él. Porque todo buen discípulo sigue los pasos de su maestro, pero para esto tiene que primero conocer bien el carácter y los atributos de su maestro. En este caso es necesario acercarnos cada día más al Señor por medio de la lectura de su Palabra y la oración constante…y no hablo de rezos y vanas repeticiones que el Señor aborrece. Yo me refiero a la oración que sale del corazón humilde, arrepentido y obediente. Pero no sólo es necesario saber que dice su Palabra, debemos ser hacedores de ella (Santiago 1:22).
Para concluir, debemos dar gracias a nuestro Padre Celestial todos los días por su amor y por enviar a su único Hijo a este mundo para salvarnos, debemos dar gracias a Nuestro Señor Jesucristo todos los días por su obediencia y por ese gran sacrificio en la cruz. No solo una vez al año, como muchos religiosos lo hacen en esta llamada ‘semana santa’. Dios no quiere que nos arrodillemos ante una imagen de su hijo crucificado en la cruz (¡y de hecho ante ninguna imagen!), en lugar de eso debemos recordar y agradecer todos los días al Padre por LA RESURECCION de su Hijo, a través de la cual tenemos la promesa de una vida eterna -si es que realmente le aceptamos como único salvador y Señor.
Busquemos realmente conocer al Señor Jesucristo, escudriñemos su Palabra, obedezcamos sus mandamientos; y apartémonos de las doctrinas y costumbres impuestas por hombres y falsos maestros.
Así que vosotros, oh amados, sabiéndolo de antemano, guardaos, no sea que arrastrados por el error de los inicuos (malvados), caigáis de vuestra firmeza. Antes bien, creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén ~ 2 Pedro 3:17-18
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