Antes yo pensaba que yo ya tenía a Jesucristo en mi corazón solo por el echo de creer en El, y decía que Dios no podía castigarme mandándome al infierno pues yo siempre había tratado de ser una “buena persona” que no le hacía daño a nadie deliveradamente (cuando en realidad vivía espiritualmente ciega y en tinieblas!!)
Pero vaya sopresa que me llevé cuando descubrí que creer and Jesús y tratar de ser una “buena persona” NO es suficiente! Las Sagradas Escrituras nos hablan especificamente de lo que tenemos que hacer para ser salvos. No basta tan sólo creer en Dios, hasta los demonios creen en Dios y tiemblan (Santiago 2:19); pero eso no los va a salvar! Para ser salvos es necesario aceptar a Jesucristo como UNICO Y SUFICIENTE Señor y Salvador! Y es imprecindible vivir una vida conforme El nos enseñó, obedeciendo los mandamientos del Dios Altísimo.
Ahora, otra cosa que quiero aclarar es que Dios NO manda a nadie al infierno. El no quiere que nadie se pierda (2 Pedro 3:9), somos nosotros los que con nuestras propias acciones los que decidimos a donde vamos y en que lugar hemos de pasar el resto de nuestra eternidad. Porque si bien es verdad que ahora vivimos en un cuerpo mortal, también es cierto que nuestra alma es eterna…y depende de nosotros lo que decidimos hacer con nuestra vida y a donde vamos a llevar a nuestra alma después que dejemos este mundo terrenal. Para eso Dios en su infinita bondad y sabiduría nos ha dado libre albedrío -porque El nos ha dado la libertad de decidir.
Y porqué digo que vivía en tinieblas? Porque todo aquél que no ha abierto sus ojos a la verdad, que no ha recibido a Nuestro Señor Jesucristo como único Salvador, vive en las tinieblas. Hecho 26:18 dice así:
Para que abras sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios; para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia entre los santificados.
Ahora, aceptar a Jesucristo como tu Señor y Salvador, es tan solo el primer paso. También es necesario seguir su camino. Dejándo a un lado el pecado y las cosas del mundo y viviendo una vida espiritual en comunión diaria y directa con Nuestro Señor. Debemos cuidar esa salvación con temor y temblor! (Filipenses 2:12).
Jesucristo es la luz del mundo, y es el único camino al Padre! Si tú, que estás leyendo estas líneas, no has venido todavía a los pies y a la luz de Cristo…Qué esperas?! Hoy es el día! Pues nunca sabemos si habrá un mañana para cada uno de nosotros.
Otra vez Jesús les habló, diciendo:
Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas,
sino que tendrá la luz de la vida.
Juan 8:12