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Foto del escritorAngeles Arreola

20 Minutos…Milagro de Vida!

Abril 2021


Amados hermanos en Cristo y amigos, este testimonio es para la gloria de El que vive y reina, el dador de Vida, nuestro Señor Jesucristo!


El 2 de Febrero, alrededor de la 1:30 de la tarde, recibí un mensaje de voz que me sacudiría por completo. El mensaje decía: “Por favor llámeme, su hijo Alex a sido lastimado y transportado al hospital!” Esas palabras golpearon fuertemente mi corazón de madre. El mensaje no decía que él había sido herido, solo decía “lastimado”, pero yo supe inmediatamente lo que tenía que hacer. Y no era salir corriendo para el hospital en ese instante, ni tampoco regresar la llamada del Sr. Roberto (padre de uno de los mejores amigos de mi hijo Alex, con quien él había estado viviendo). No, no era eso lo que tenia que hacer. En lugar de eso corrí a mi cuarto, cerré la puerta y caí de rodillas ante el Dios Altísimo! Clamando e implorando misericordia para mi hijo, aún sin saber todavía exactamente lo que le había sucedido. Entré de lleno en la presencia del Señor guiada por su Santo Espíritu, y durante la oración el Señor me hizo sentir que lo que había sucedido tenía que ver con una arma de fuego, un impacto de bala! Habían herido a mi amado hijo -aunque yo no sabía dónde o cómo sucedió, entendí que mi hijo estaba entre la vida y la muerte! Mi clamor se intensificó…con lloro, gemidos y lamento…implorando misericordia al Dios de los cielos.


En mi angustia invoqué a Jehová, y clamé a mi Dios.

El oyó mi voz desde su templo, y mi clamor llegó delante de él, a sus oídos.

Salmos 18:6


¡Clame, lloré y le recordé al Señor que había puesto a mi hijo en sus manos y que él estaba apartado para Cristo! El Señor me trajo al pensamiento el pasaje de la Biblia sobre la viuda de Naín (Lucas 9:11-17), el cual dice que cuando esta madre iba a enterrar a su único hijo, nuestro Señor Jesucristo se conmovió con sus lagrimas de madre y lo resucitó! Yo sabía que el Señor bien podía también salvar a mi hijo -si esa era Su voluntad! Seguí suplicando, clamando, implorando…y en un momento durante la oración sentí la necesidad de guardar silencio por unos instantes…Y fue entonces cuando sentí claramente en mi mente y corazón las palabra que lo cambiaron todo:


TU HIJO ESTARÁ BIEN. ¡TU HIJO ESTARÁ BIEN!


¡¡¡ALELUYA!!! Gloria al único y eterno Dios por siempre! Mi Dios me había escuchado y contestado! En ese momento mi oración se volcó en agradecimiento y alabanza!! Alabanzas al que vive y reina para siempre! AMEN!!


Una vez que terminé de orar y alabar al Señor, me levanté y salí rapidamente para el hospital. Durante el camino, llamé a Robert, quien me dijo lo que yo ya sabía… a mi hijo le habían disparado con un arma. Robert pensaba que la bala había entrado por la cabeza arriba de la frente en la parte derecha. Sin embargo, después me enteré que la bala había entrado por su rostro (entre la nariz y el pómulo derecho) y había salido por la parte de atrás de su cabeza (a unos 4 centrimetros de su oreja derecha). Robert me dijo que habían llevado a Alex al centro de Memorial Hermann en el centro de Houston. El quiere a Alex como a un hijo y estaba realmente afectado por lo que había sucedido. En ese momento y mientras yo seguía conduciendo traté de consolarlo haciéndole saber que yo tenía la convicción de que el Señor lo salvaría porque ¡había puesto ese pensamiento en mi mente y corazón! Le dije que estaba segura porque sé que el Señor no es un hombre para mentir, ni hijo de un hombre para arrepentirse (Numeros 23:19). ¡Y porque siempre cumple sus promesas!


Desde entonces me he aferrado a ese pensamiento, y eso me ha hecho seguir adelante, ¡especialmente durante esos momentos extremadamente difíciles! Llegué al hospital y llamé al número que me había proporcionado Robert para preguntar por Alex. Me dijeron que no iba a poder ver a mi hijo ese día y que regresara a casa. La persona en el teléfono me dijo que a Alex le estaban haciendo una cirugía muy complicada y que me llamarían con cualquier noticia. Pero no me fui! Me quedé en el estacionamiento orando y agradeciendo al Señor porque sabía que El lo iba a salvar. Durante mi oración, el Señor me hizo pensar en el versículo que dice que si queremos ser perdonados, también debemos perdonar (Mateo 6:14-15). Por eso, con todo mi corazón y sinceridad decidí perdonar a la persona que le hizo esto a mi hijo… Empecé a orar pidiendo al Señor que tuviera misericordia de él, quienquiera que fuera esa persona. Oré también por la salvación de su alma.


Me quedé en ese estacionamiento orando por mi hijo por un par de horas, pidiendo al Señor que guiara la mano de los médicos y enfermeros que estaban en el quirófano asistiendo a mi hijo. Alrededor de las 5 de la tarde, recibí una llamada telefónica del médico que realizó la operación, el Dr. Mark Dannenbaum. Me dijo que había sido un procedimiento muy complicado...tuvieron que quitar parte del hueso del cráneo dejando espacio para la inflamación del cerebro. Me dijo que las posibilidades de un resultado positivo eran muy bajas y que mi hijo se encontraba realmente en una condición muy crítica. Agradecí al Dr. Dannenbaum por la llamada, por la cirugía que acababa de hacer, pero también le dije que estaba convencida de que mi hijo estaría bien, que el Señor lo salvaría, ¡para su honra y gloria! El doctor también mencionó que Alex estaba en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neurociencia (NICU por sus siglas en Inglés) en el Memorial Hermann. Fue entonces cuando me di cuenta de que había estado en frente del edificio Memorial Hermann incorrecto.


Entonces obtuve toda la información para la ubicación exacta y me dirigí hacia allá a pesar de que me dijo que probablemente no me dejarían ver a mi hijo debido a las estrictas restricciones de visitas por la pandemia. Pero aún con eso en mente, comencé el traslado de 15 minutos hasta el lugar correcto; yo tenía la necesidad de estar físicamente lo más cerca posible de mi hijo, incluso si no me dejaban verlo. Todavía estaba conduciendo hacia el hospital donde estaba Alex, cuando recibí la llamada de un médico diferente; El Dr. Ritvij Bowry había sido asignado a Alex como su médico principal. El Dr. Bowry me dijo que el estado de Alex se estaba deteriorando y que yo debería ir al hospital lo antes posible. Le dije que ya estaba en camino y muy cerca del hospital. Luego, las siguientes palabras que me dijo me habrían hecho perder el control del vehículo de no ser por la fuerza que el Señor Todopoderoso había puesto en mí. El Dr. Bowry me dijo: ¡A SU HIJO TAN SOLO LE QUEDAN UNAS HORAS, O TAL VEZ SOLO MINUTOS! Esas fueron sus palabras exactas. Estuve por un instante en shock, pero inmediatamente recordé las palabras del Señor y le dije al Dr. Bowry: ¡¡¡MI HIJO ESTARÁ BIEN, EN EL NOMBRE DE JESÚS!!!


Llegué al hospital y después de pasar por algunas dificultades, responder algunas preguntas generales y pasar por un examen de detección de covid, finalmente llegué al área de NICU alrededor de las 6 pm. No me dejaron entrar de inmediato, tuve que esperar al Dr. Bowry afuera porque quería volver a hablar conmigo antes de dejarme ver a mi hijo. Quería explicarme lo que había sucedido durante el procedimiento de operación.


El Dr. Bowry me explicó que en una escala del 1 al 10 (1 siendo la etapa normal del ser humano y 10 cuando ya se está sin vida), ¡Mi hijo había llegado a la sala de emergencias en un 9.9! También me dijo que durante la cirugía, el ritmo cardíaco de Alex comenzó a debilitarse hasta el punto que dejó de latir por completo! Y todo esto sucedió mientras aún tenían su cabeza abierta. Tuvieron que apresurarse a cerrar la abertura para poder intentar revivirlo, ¡pero esto era algo muy complicado! Terminaron usando grapas en lugar de puntos de sutura para poder cerrar la apertura lo antes posible. Sin embargo, a pesar de todo eso, pasaron 20 minutos... Sí, durante 20 largos minutos, ¡el corazón de mi hijo dejó de latir! Pero después de eso, sucedió un gran milagro: ¡¡¡Dios Todopoderoso le devolvió la vida a mi hijo!!! ¡HONOR, ALABANZA Y GLORIA AL SEÑOR JESUCRISTO!


Ya había creído con todo mi corazón las palabras que 'escuché' del Señor ese mismo día, pero eso fue una maravillosa confirmación de que Él tenía el control de todo y de que en realidad El había salvado la vida de mi hijo. El Dr. Bowry me dijo que ya habían hecho todo lo posible y que no había nada más que hacer; y reiteró que no creía que mi hijo pudiera pasar la noche. Luego le dije que entendía que habían hecho todo lo posible y que se lo agradecía muchísimo; pero también en ese momento saqué mi Biblia de mi bolso, se la mostré y le dije: "¡Esto es a lo que yo me aferro: a la Palabra del Señor, porque este libro contiene la VERDAD y es VIDA! Y hay una cosa más que me gustaría decirle: Donde la medicina y la ciencia humana llega a su límite, ¡es exactamente allí cuando la mano poderosa del Señor comienza a actuar! Y usted lo verá: MI HIJO ESTARÁ BIEN -en el nombre de Jesús"!


Después de eso me dejó entrar a la Unidad de Cuidados Intensivos y me acompañó hasta la habitación de Alex. Recuerdo que me detuve por un breve momento justo antes de entrar en la habitación para hacer una oración más pidiendo al Señor fuerza, y ​​que mi fe no me fallara -sin importar lo que mis ojos fueran a ver. Luego abrí los ojos y caminé hacia la habitación. Lo que vi me habría hecho desmoronarme, ¡si no fuera por la fortaleza y ​​el amor misericordioso del Señor! Allí estaba mi amado hijo...postrado en esa cama, con equipo médico y monitores por todas partes...tubos por la nariz y la boca, una almohada con sangre, su ojo derecho morado y muy inflamado, ¡y en coma! Todavía le salía algo de sangre por la boca, la nariz y el lugar entre la nariz y la mejilla derecha, ¡donde había entrado la bala! Mi corazón se partió con lo que vieron mis ojos, pero incluso con todo eso, lo único que podía hacer era estar inmensamente agradecida; mi hijo estaba allí… ¡¡¡VIVO!!!


Me acerqué directamente a él, tomé su mano y me arrodillé… ¡Empecé a orar de nuevo! No me importaba si los médicos y las enfermeras estaban allí, solo quería agradecer al Señor por el milagro de traerlo de vuelta a la vida y por todo lo que estaba por hacer, por todos los demás milagros que veríamos durante su recuperación! Oré, alabé y canté al Señor… Sí, canté al Señor en una unidad de cuidados intensivos, los médicos y enfermeras fueron muy respetuosos y comprensivos. Estaba tan concentrada en orar y alabar al Señor que ni siquiera me daba cuenta cuando el Doctor y las enfermeras entraban y salían de la habitación.


Al principio me dijeron que no podría ver a mi hijo ese día, y luego no solo pude verlo, sino que me dejaron quedarme con él unas 6 horas -hasta la medianoche. Pero la única razón por la que me dejaron verlo fue porque realmente pensaron que Alex no lograría pasar la noche. Durante mi ese tiempo que estuve allí, incluso enviaron a un capellán para hablar conmigo y prepararme para lo que pensaban que iba a suceder en las próximas horas. Pero saben qué? Los médicos pueden decir lo que piensan basado en su conocimiento; sin embargo, ¡la última palabra es siempre del único y sabio Dios!


Sé que fue el Señor quien también abrió puertas para que yo pudiera ver a Alex; era crucial que le hablara sobre el arrepentimiento y sobre aceptar a Jesús en su corazón como su único y suficiente Salvador y Señor. ¡Y lo hice! Sé que me dijeron que estaba en coma y que no podía oírme, pero sé que sí me escuchaba... ¡el Señor tiene el poder de hacer eso y mucho más! Y la confirmación de eso fue cuando acababa de terminar de guiarlo a orar (en su corazón y en su mente) la oración de fe, porque una lágrima corrió por su mejilla - ¡¡No tenía ninguna duda de que me había escuchado!! Él también era ahora un hijo de Dios...mi hijo de sangre, ¡pero mi hermano en Cristo Jesús! ¡¡¡GLORIA AL SEÑOR!!! ALELUYA!!!


Después de eso, si el Señor hubiera decidido llevárselo, me habría dolido en mi humanidad, pero mi corazón habría estado en paz sabiendo que lo volvería a ver algún día; sin embargo, Dios tiene otros planes para él. Ahora también oro por todas las almas perdidas que vendrán al Señor Jesús por medio del testimonio y predicación de mi hijo… ¡algún día! Porque sé que él tiene un llamado de Dios… ¡El Señor no hace las cosas sin un propósito y sé que si Él lo devolvió a la vida es por una razón específica, la cual El se lo revelará a Alex en su momento perfecto!


Algo más y muy importante que quiero mencionar es que durante el tiempo que estuve con Alex, seguí pidiendo al Señor que me mantuviera fuerte, que no dejara que mi fe me fallara, que reprendiera todos y cualquier pensamiento que el enemigo de las almas intentaba poner en mi cabeza para hacerme dudar. En ese momento, le pedí al Señor con todo mi corazón que me hablara a través de Su palabra, abrí mi Biblia sin saber a dónde me llevaría, y lo primero que vi fue el pasaje en el libro de Mateo capítulo 9 donde Jesús sana a un paralítico. Lo que más llamó mi atención fue que Jesús, al ver la fe de ellos, le dijo al paralítico: "Anímate, hijo mío, tus pecados te son perdonados". Pero el pasaje también dice que Jesús le dijo al paralítico: "¡Levántate, toma tu cama y vete a casa"! ¡¡¡ALELUYA !!! ¡¡¡Gracias Señor Jesús!!! El Señor siempre sabe exactamente lo que necesitamos, y en ese mismo momento, ¡ese fue el pasaje perfecto de las Escrituras al que el Señor me llevó! Eso me hizo saber que necesitaba seguir creyendo sin importar lo que estuviera viendo o escuchando. ¡Y también me hizo sentir que con el tiempo, cuando el Señor crea que es el momento perfecto, levantará a mi hijo -para Su gloria y honra!


Ese día, salí del hospital despues de la media noche (¡una vez que me dijeron que ya no podía estar allí!), pero me fui con una sensación maravillosa, sabiendo que mi hijo estaría bien. Acababa de presenciar de primera mano un milagro de vida... ¡¡¡20 minutos mi hijo había estado muerto, pero Dios Todopoderoso lo devolvió a la vida!!! GLORIA A DIOS POR SIEMPRE!!!

Alex después de haber despertado del coma.

Durante los dias siguientes continué buscando la presencia del Señor en oración de día y de noche, agradeciendo a Dios por los milagros que aún estábamos por ver… ¡y los hemos visto! Cada nuevo avance en la recuperación de mi hijo ha sido una victoria...aunque fuera algo pequeño, para mí han sido maravillosas bendiciones y milagros. Como cuando finalmente se despertó del coma, unas dos semanas después, lloré lágrimas de felicidad, agradecí y alabé al Señor; y también cuando lo sacaron de la unidad de cuidados intensivos, cuando pudo respirar por sí solo y no necesito más el ventilador, cuando fue dado de alta del hospital y trasladado a un Centro de Rehabilitación (el 25 de febrero), todos esos maravillosos logros han sido victorias en el Señor.


Por cierto, el día que fue transladado al Centro de Rehabilitación, ¡era el cumpleaños número 23 de Alex! ¡Qué maravilloso regalo del Señor: dejar el hospital para continuar con su recuperación en un centro de rehabilitación TIRR Memorial Hermann! En TIRR, continuamos viendo mejoras asombrosas en la recuperación de Alex, todos milagros del Señor. Durante su estadía allí, escuché a mi hijo decir su primera palabra. Los médicos del hospital me habían dicho que no sabían si él podría volver a hablar o caminar! Pero dijo su primera palabra unos 10 días después de estar en el Centro de Rehabilitación (y esa palabra fue "AMEN" un día de visita cuando terminaba yo de hacer una pequeña oración antes de regresar a casa). Y el día que lo vi caminar por primera vez -con ayuda de su terapeuta, fue el 8 de marzo. Estos son algunos de los milagros maravillosos que el Señor ha estado haciendo en la recuperación de mi hijo. Los terapeutas y los médicos quedaron muy impresionados por su rápido y sorprendente progreso. ¡Siempre me aseguré de decirles que todo venía del Señor!


Alex fue dado de alta del centro de rehabilitación a principios de abril. Ahora está en casa y continuará con la rehabilitación y terapia. Él también tiene cirugías adicionales pendientes, pero todo está en las manos del Señor y estoy segura de que mi hijo estará bien, tal como lo sentí de parte del Señor.


El 8 de abril tuvimos una cita de seguimiento con el Dr. Dannenbaum, quien volverá a colocarle el hueso en la cabeza en mayo (mientras tanto, Alex tiene que usar un casco en todo momento cuando esta fuera de la cama). Ese día, por primera vez, conocimos al médico que el Señor usó para salvar la vida de Alex. ¡Y fue maravilloso escuchar cómo incluso el médico dijo que era un milagro que Alex estuviera vivo! El mencionó lo sucedido en el quirófano. Le dije que había estado orando para que el Señor lo guiara a él ya todos los demás en la sala de operaciones, ¡y él dijo que realmente habían tenido ayuda “extra” desde arriba! También habló de los 20 minutos… ¡y del milagro de la vida que ahora es mi hijo!


Aún queda bastante camino por recorrer hacia la recuperación total de Alex, pero esperaré pacientemente en que el Señor lleve a cabo sus planes en la vida de mi hijo, ¡de acuerdo con Su perfecta voluntad y en Su tiempo! Mientras tanto, continuamos alabando al Señor todos los días por lo que ha hecho, lo que está haciendo y lo que hará.


Agradezco con todo mi corazón las muestras de apoyo, y las oraciones de familiares y amigos por la recuperación total de mi hijo. Dios Todopoderoso les guarde y bendiga grandemente!


Este testimonio es para dar honra, alabanza y gloria al Dios Todopoderoso, mi Señor y Salvador, Jesucristo... porque Él es bueno y para siempre es Su misericordia; ¡pero también porque le prometí que proclamaría Su santo nombre y testificaría a todos acerca de su infinita misericordia, amor incondicional, fidelidad y gracia asombrosa!


GLORIA, ALABANZA Y HONRA A CRISTO JESUS PARA SIEMPRE… ¡¡¡AMÉN!!!


Foto tomada el Domingo 4/4/21 después del servicio en la iglesia.

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